El monitoreo de fauna mediante cámaras trampa permite entender las condiciones del hábitat y el comportamiento de especies, particularmente aquellas que tienen hábitos nocturnos o son escurridizas al ojo humano. No en pocas ocasiones causan sorpresa las imágenes captadas mediante estos dispositivos sensibles al movimiento, dispuestos tácticamente en sitios que visitan los animales salvajes como abrevaderos, aguadas e incluso caminos. Una de las ventajas de las cámaras trampa es que generalmente no molestan a los animales, los modelos más actuales utilizan luz negra o flash infrarrojo los cuales no son visibles para la mayoría de los animales.
Como estrategia de fortalecimiento de capacidades técnicas para el del monitoreo de fauna en las áreas protegidas, en el marco del proyecto Fomento del Monitoreo de Biodiversidad y Cambio Climático en la Región Selva Maya (Belice, Guatemala y México), implementado por la GIZ, por encargo del Ministerio Alemán Federal de Medio Ambiente (BMU); del 23 al 27 de julio de 2018 se llevó a cabo en Zoh Laguna, Campeche, México, un taller de levantamiento y análisis de datos de cámaras trampa.
El taller fue impartido por personal de la Reserva de la Biosfera de Calakmul y los participantes fueron técnicos operativos y de campo, así como enlaces regionales y representantes de las diferentes organizaciones responsables del manejo de las áreas protegidas en los tres países, entre ellas: Corozal Sustainable Future Initiative (CSFI), Program For Belize (PfB) y Forest Department, por parte de Belice; Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), Instituto de Antropología e Historia (IDAEH) y Centro de Estudios Conservacionistas de la Universidad de San Carlos (CECON) por parte de Guatemala, y Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) por parte de México.