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¿Por qué hacer sinergias?

CONVERGENCIA DE INTERESES

La Selva Maya, uno de los ecosistemas tropicales más sobresalientes por su extensión y diversidad biológica, en América, brinda servicios ecosistémicos invaluables: agua, oxígeno, alimentos, materiales para construcción, paisajes, entre otros.

La abundancia de recursos hace de este macizo forestal un espacio muy atractivo. Desde el punto de vista productivo, agricultores y ganaderos buscan espacios para criar sus hatos o establecer cultivos, teniendo que derribar áreas forestales para ello. En términos comerciales, el tráfico de madera, especies de flora y fauna o carbón, supone ganancias económicas. Pensando en el turismo, la belleza del paisaje por la profusión de vegetación, sitios arqueológicos y cuerpos de agua atrae a nacionales y extranjeros. A nivel ecológico, entidades públicas y privadas defensoras del ambiente, llevan algunos lustros en la región implementando proyectos de conservación y uso sostenible de los recursos.

BÚSQUEDA COLECTIVA DE SATISFACTORES

Esta convergencia de personas, pero sobre todo de intereses, hacen que la Selva Maya esté bajo presión continuamente. El común denominador es la consecución de satisfactores de diferente índole. Algunos buscan cubrir necesidades básicas como espacios de vivienda o alimentos; otros más se orientan en obtener ingresos económicos derivados de la explotación y comercialización de los recursos de la selva; algunos más, procuran el cumplimiento de ideales ambientales.

El desafío más grande es lograr que todos esos satisfactores sean alcanzados, pero más aún, que se haga de manera sostenible. Tratándose de intereses tan diferentes, incluso opuestos entre sí, se requiere llegar a un punto en que todos, o por lo menos la mayoría, esté satisfecho. Es de suponer que a todos les interesa que el espacio en donde asen sus satisfactores, permanezca disponible el mayor tiempo posible; no obstante, conviene insistir en que todos lo visualicen de esta manera.

PROYECTOS EN SINERGIA

La presencia de algunas organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil en la Selva Maya responde a la intención de que este ecosistema permanezca y sea utilizado para beneficio de todos, pero también de las generaciones venideras. El cambio de mentalidad para llevar a cabo formas sostenibles de producción y uso de los recursos toma tiempo.

La Cooperación Alemana, entre 2005 y 2010, llevó a cabo la correspondencia necesaria con los gobiernos de Belice, Guatemala y México para implementar proyectos que respondieran a las prioridades, en términos de desarrollo sostenible, de estos países, llegando a un acuerdo de entendimiento que sentó las bases institucionales para ejecutarlo.

Desde entonces, se han implementado cuatro proyectos regionales; tres en operación y uno recientemente concluido en diciembre de 2019.

  • Proyecto Protección y Uso Sostenible de la Selva Maya (2011-2019, GIZ)
  • Proyecto Protección de los Recursos Naturales de la Selva Maya (2017-2021, UICN/KfW)
  • Proyecto Fomento del Monitoreo de Biodiversidad y Cambio Climático en la Región Selva Maya (2016-2021, GIZ)
  • Fortalecimiento de la Cooperación Estratégica y Operativa Regional para la protección de la Selva Maya (2020-2022, GIZ)

SINERGIAS EN LA SELVA MAYA

De la mano con las instituciones gubernamentales encargadas de la gestión de las Áreas Protegidas en los tres países, desde 2011 se fomenta la protección y el uso sustentable de los recursos de la Selva Maya, a través del fortalecimiento de capacidades y la incidencia política a través de actores clave y tomadores de decisiones.

Ante la confluencia de los muchos intereses que prevalecen sobre la Selva Maya, la mejor respuesta es la sinergia en las acciones llevadas a cabo por las contrapartes oficiales, los socios clave, las organizaciones de la sociedad civil y cualquier entidad que reconoce la importancia de la salvaguarda de un ecosistema tan valioso como la Selva Maya.