El consumo de combustibles fósiles y la deforestación, causada particularmente por la expansión de actividades agropecuarias e incendios forestales, son detonadores del cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Mejorar nuestros hábitos tiene impacto positivo en nuestra salud y el entorno. Nuestro bienestar también depende del bienestar de los ecosistemas; el aire que respiramos es un ejemplo.